La reciente visita del presidente Gustavo Petro a la ciudad de Ibagué ha generado un amplio espectro de opiniones y reflexiones sobre el equilibrio entre la seguridad y la transparencia en la gestión gubernamental.
Por un lado, las medidas restrictivas implementadas durante la visita, como la prohibición del parrillero en moto y la regulación de la venta de licor en áreas cercanas al evento, el no uso de drones, entre otras, han destacado el despliegue de seguridad en torno al mandatario. Sin embargo, estas restricciones también han suscitado interrogantes sobre la accesibilidad y el acceso a la información para los ciudadanos y los medios de comunicación.
Una voz crítica en este debate es la del concejal de Ibagué, César Franco, quien ha calificado la visita presidencial como “un show más”. Franco instó al presidente Petro a ir más allá de las apariencias y a asumir un verdadero liderazgo en materia de seguridad, garantizando la protección de todos los colombianos. En sus palabras, “Presidente, usted tome las riendas en la parte de seguridad del país, para los bandidos usted es más bien una persona que los está ayudando”.
El llamado del concejal Franco es claro: el presidente debe priorizar el bienestar del pueblo colombiano sobre los intereses de los delincuentes, adoptando medidas concretas para combatir la criminalidad y hacer cumplir la ley. Además, Franco señaló la ausencia de invitación al consejo de seguridad para él y otros líderes locales, lo que refuerza la percepción de que estas reuniones pueden estar más enfocadas en la apariencia que en resultados tangibles.
En este contexto, es fundamental que el gobierno reconozca la importancia de la participación ciudadana y la transparencia en la toma de decisiones. Es imperactivo reconocer la importancia tambien de la presencia de los medios de comunicación durante eventos de esta naturaleza. Los medios desempeñan un papel crucial en la rendición de cuentas y la transparencia gubernamental, al proporcionar información imparcial y objetiva a la ciudadanía. Su exclusión de estos espacios puede socavar la confianza en las instituciones democráticas y limitar el escrutinio público sobre las acciones del gobierno. La legitimidad del poder político no solo se fundamenta en la seguridad física, sino también en la confianza y el respeto hacia las instituciones democráticas.
La visita del presidente Petro a Ibagué, más allá de ser un evento aislado, plantea cuestionamientos más amplios sobre la naturaleza del liderazgo político y la relación entre el gobierno y la sociedad civil. Es un recordatorio de que, en una democracia vibrante, el diálogo abierto y la rendición de cuentas son elementos esenciales para construir un futuro más seguro y próspero para todos los colombianos.