Y como siempre, el gran ausente en las crisis es el gobierno de Petro.

Por Felipe Ferro

¡Qué ironía! Los mismos firmantes del Acuerdo de La Habana, los ex FARC, quienes alguna vez depositaron su confianza en Petro y su Gobierno del cambio, hoy llevan más de cinco días bloqueando la vía Melgar-Bogotá, exigiendo el cumplimiento de compromisos que se hicieron humo bajo el mandato del gobierno comunista.

La escena parece sacada de una novela absurda: los aliados de la paz de Santos, ahora convertidos en los grandes olvidados de Gustavo Petro.

El desespero de la comunidad por los interminables cierres ha llegado al punto que ya hay heridos tras enfrentamientos entre manifestantes de las ex FARC y ciudadanos que necesitan transitar por esta vía clave para la economía del centro del país, donde de uno y otro lado están sufriendo las consecuencias del narciso gobernante que prefiere el show mediático al trabajo para el cual lo eligieron, que esta semana vimos en la farsa del consejo de ministros, convertido en un reality show donde claramente el objetivo es desviar la atención, de la crisis institucional en Colombia.

Mientras tanto, la única voz sensata que ha hecho presencia constante es la de la Gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz. En repetidas ocasiones, la mandataria ha asistido a las mesas de diálogo en la Institución Educativa Panamericana de Icononzo, mostrando liderazgo y verdadera vocación de servicio. Su “tristeza y frustración” son las mismas que sienten miles de tolimenses al ver cómo los ministros y altos funcionarios nacionales brillan por su ausencia, a pesar de prometer la presencia de delegados con capacidad de decisión.

¿Dónde está el ministro del Interior? ¿Dónde están los directores de las agencias gubernamentales que deberían estar resolviendo esta crisis? La ausencia del Gobierno Nacional no es más que una burla a la dignidad de quienes buscan soluciones y un golpe letal a la confianza en las instituciones.
Incluso Timochenko, máximo cabecilla de las ex FARC, y excandidato presidencial, gracias a Juan Manuel Santos (jefe del Partido de la U), ha tenido que alzar su voz de protesta, recordándole a Petro que siguen asesinando a firmantes del acuerdo y que las promesas hechas en diciembre pasado quedaron en el olvido. La desidia del gobierno no solo afecta a los firmantes de paz, sino también a todos los colombianos que esperan gestión y resultados.

Este desgobierno ha demostrado ser experto en promesas incumplidas y estrategias para distraer la atención, pero nulo en soluciones reales, caso muy contrario a nivel regional donde nuestra Gobernadora Adriana Magali Matiz, con su presencia constante y voluntad de servicio, ha demostrado que el liderazgo verdadero no necesita focos ni espectáculos, solo compromiso.

Lo más grave es que la protesta sigue, el descontento crece, y la pregunta persiste: ¿Cuándo dejará Petro de darle la espalda a los colombianos? Ojalá se la jugara por el país, aunque sea un poquito, así como lo hace por los cuestionados Armando Benedetti y Laura Sarabia. Pero por lo visto, Petro seguirá jugando a ser presentador de un reality show, donde su ego se elevará por las nubes. ¡Ojo! Colombia necesita un gobierno en el 2026 que tome decisiones responsables, solo queda año y medio para que cese esta horrible noche y que juntos como sociedad podamos volver Construir con Seguridad.

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