La Cancillería colombiana vive una metamorfosis bajo el mando de Laura Sarabia, quien debuta en su nuevo cargo luciendo una imagen renovada y sofisticada.
En su primera comparecencia en el Consejo de Ministros, la canciller sorprendió a propios y extraños con un estilo más sobrio y formal: un impecable traje ejecutivo de sastre oscuro, ideal para el ambiente protocolario del histórico Palacio de San Carlos, donde la solemnidad y el legado virreinal se funden con el presente.
Este cambio estético se suma a la trayectoria de Sarabia, quien ha ocupado cuatro altos cargos desde el inicio del gobierno del Pacto Histórico. Su evolución profesional –desde secretaria privada y jefe de gabinete, pasando por directora de Prosperidad Social y directora del Departamento Administrativo de la Presidencia– se refleja también en su renovada imagen.
En el reciente Consejo de Ministros, la canciller, objeto de críticas por parte de figuras como Gustavo Bolívar, Francia Márquez y Jorge Rojas, aprovechó la ocasión para marcar tendencia: en su muñeca brillaba un exclusivo reloj Cartier valorado en $30 millones, símbolo de los lujos que ahora se atreven a exhibir en su nueva etapa.
Durante ese encuentro, Laura Sarabia presentó a su renovado equipo en Cancillería, encabezado por dos vicecancilleres de prestigio. Por un lado, el diplomático de carrera Daniel Ávila, quien se encargará de los Asuntos Multilaterales y cuenta con una extensa experiencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Por el otro, el internacionalista Mauricio Jaramillo Jassir, académico de la Universidad del Rosario y vocero de la causa palestina, que no teme opinar sobre temas de gran relevancia internacional.
La agenda de la canciller no se limita al interior del país. En su tercer día al mando, se reunió con el embajador (E) de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, para abordar desafíos bilaterales críticos, como la crisis migratoria. Este encuentro se da en un contexto de intensa actividad en consulados estadounidenses, particularmente en Miami, donde se ha desplegado apoyo adicional para atender la situación de los colombianos en la región. Nuevos refuerzos ya se anuncian para las sedes de Houston y Los Ángeles.
Con esta renovación en imagen y gestión, Laura Sarabia demuestra que su llegada a la Cancillería no solo es un cambio de funciones, sino también de estilo y actitud, marcando una nueva era en la diplomacia colombiana.