El rector de la Universidad del Tolima, Omar Mejía, se pronunció contundentemente en una rueda de prensa en respuesta a las acusaciones de clientelismo e ineficiencia administrativa realizadas por Andrés Barragán Torres, delegado del presidente Gustavo Petro ante el Consejo Superior.
Mejía rechazó las acusaciones, subrayando que desde su llegada al cargo en 2016, la planta de personal ha permanecido congelada, dejando más de 200 cargos vacantes, lo que, según él, contradice las afirmaciones de clientelismo.
Además, Mejía destacó la reducción significativa de contratos por Órdenes por Prestación de Servicios (OPS), que pasaron de 446 a 289, y la disminución de personal transitorio. También señaló la implementación del software administrativo Sinergia, que se espera entre en funcionamiento completo este año, con el fin de mejorar la eficiencia en la gestión de la universidad.
A pesar de los hallazgos de la Contraloría que indican persistentes problemas administrativos, Mejía enfatizó los avances de la universidad bajo su gestión, incluyendo la acreditación de alta calidad y el crecimiento en la oferta académica y el número de estudiantes. Según el rector, la situación actual de la universidad refleja un esfuerzo continuo por mejorar, a pesar de las adversidades, incluyendo la pandemia y los paros sociales que impactaron en la operatividad de la institución.
Mejía concluyó su intervención reafirmando el compromiso de su administración con la transparencia y la mejora continua, rechazando cualquier insinuación de irregularidades en la contratación y defendiendo la independencia de los procesos de vinculación de personal.