El mandatario anunció que tanto Bogotá como Medellín están cerca de ser declaradas como ciudades no violentas y para ello necesita más cuerpos oficiales en las calles.
El presidente Gustavo Petro Urrego ordenó que todos los miembros de la Policía Nacional que estén cumpliendo funciones administrativas tendrán que salir a las calles de la capital del país a cumplir con su misión constitucional de proteger a la ciudadanía.
“En el corto plazo y de manera concreta, todo el personal policial que hoy está en actividades administrativas (cuando fue educado para otro tipo de actividad) debe salir a las calles; así de simple”, dijo el presidente al concluir un consejo de seguridad con la alcaldesa mayor de Bogotá, Claudia López.
Mencionó que “al salir los policías a las calles aumenta automáticamente el número de efectivos, realmente efectivos, y por tanto el número de policías en Bogotá, que es el objetivo de lo que aquí se planteó”.
Destacó que en la actualidad Bogotá tenga índices favorables de seguridad, específicamente en materia de reducción de los homicidios.
“Cuando se hace la lista de tasa de homicidios de capitales de Colombia, Bogotá está en el último o penúltimo lugar. Para una ciudad tan grande y compleja como Bogotá es un éxito, y mucho más cuando en el año 1993 encabezaba la lista de las ciudades más violentas del mundo junto con Medellín”, indicó.
Resaltó que “esa caída de la violencia, tan espectacular en las dos ciudades más grandes de Colombia, tiene que ver con el mejoramiento de las condiciones de vida de la población”.
El jefe de Estado realizó los anuncios en una declaración con la alcaldesa de los bogotanos, en un acto previo al inicio de la jornada de Gobierno con el Pueblo desarrollada en el barrio Kennedy.