Suenan luces, no explosiones: el Tolima aprende a celebrar con responsabilidad

Cuando diciembre llega al Tolima, no solo se encienden luces y se decoran las calles: también se activan las alarmas, las urgencias hospitalarias y los balances de víctimas por pólvora. Pero este año, gracias al trabajo sostenido de la Secretaría de Salud departamental, cada vez son menos los rostros quemados, y más las familias que optan por alegrías sin riesgos.

Un compromiso institucional que ya va más allá de una campaña

La Secretaría de Salud del Tolima no entiende la prevención como una consigna ocasional, sino como una práctica constante. En 2024 lanzó una de sus estrategias más ambiciosas: la declaratoria de alerta amarilla hospitalaria, que comenzó el 1 de diciembre y se mantuvo hasta mediados de enero. El propósito: asegurar que, ante cualquier incidente con pólvora, el sistema de salud estuviera preparado para responder con rapidez y eficacia.

Además, difundió una serie de circulares para orientar a alcaldes, gestores de riesgos municipales y entidades de salud: desde el control de venta y almacenamiento de pirotecnia, hasta la regulación de eventos masivos. La idea fue clara: si se van a hacer celebraciones, que privilegien la vida.

Y la campaña no se quedó en oficinas: con el hashtag #CelebraSinPólvora — y bajo el lema “Explote la alegría en familia” — se extendió un llamado directo a la ciudadanía: “No quemes sueños, enciende abrazos”, podría ser su mensaje no oficial.

Resultados que invitan a la esperanza… y a no bajar la guardia

El esfuerzo dio frutos tangibles. El informe oficial al 8 de enero de 2025 dio un primer balance: 52 personas lesionadas por pólvora durante la temporada — una caída del 31% frente a las 72 del año anterior.

Pero esa reducción, aunque significativa, tiene un sabor agridulce para las autoridades: entre los lesionados hubo niños y niñas, así como casos graves: amputaciones, daño ocular, quemaduras profundas.

Para la secretaria (e) de Salud, Katherine Rengifo Hernández, esos datos confirman algo que ella suele repetir con firmeza: “La irresponsabilidad en el manejo de la pólvora es el principal factor detrás de cada tragedia.”

En ese contexto, las autoridades, junto con la Policía y los municipios, además de endurecer controles, insisten en sensibilización: que la pólvora no sea vista como tradición obligatoria sino como una opción — y que esa opción esté acompañada de conciencia.

Más allá de la pólvora: un enfoque de salud integral para las fiestas

Pero la apuesta no termina con la pirotecnia. La Secretaría de Salud local entiende que celebrar con salud también implica:
• garantizar vigilancia especial en hospitales y centros de salud;
• promover una agenda de prevención más amplia: desde inocuidad alimentaria y control de riesgos en eventos masivos hasta educación sobre consumo responsable de alcohol y seguridad vial;
• impulsar campañas de comunicación y sensibilización para que la comunidad asuma un papel activo: denunciar puntos de venta ilegal, evitar que menores manipulen pólvora y transformar las costumbres de celebración desde el respeto a la vida.

Por qué esta campaña debe resonar más allá de diciembre

Lo que hoy parece una campaña de fin de año — “Celebra sin pólvora” — en realidad busca sembrar algo más profundo: una cultura de cuidado, responsabilidad y respeto por la vida.

Al reducir los casos, no solo se salvan cuerpos — se evitan tragedias familiares, secuelas permanentes, gastos de salud y dolor comunitario. Y esa es una transformación que difícilmente se mide solo con estadísticas.

Desde Qué Onda! invitamos a los tolimenses a hacer parte de ese cambio: a exigir el respeto a la vida, a compartir información, a negarse a la pólvora. Que cuando suenen las llamadas “velitas”, lo que ilumine sean los corazones — no la chispa de un fuego peligroso.

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