Johana Aranda pide a las autoridades claridad sobre el trágico deceso en El Salado y alerta sobre el aumento de la violencia en Ibagué.
En un pronunciamiento reciente, la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, solicitó a las autoridades una investigación exhaustiva tras la muerte de un joven de 20 años, ocurrida el pasado domingo en la estación de Policía de El Salado. El incidente ha generado conmoción en la comunidad y pone bajo la lupa las condiciones de detención y el proceder de las autoridades.
Falta de respuestas y presión pública
El comunicado oficial, emitido por la Alcaldía, refleja la creciente inquietud ciudadana frente a los escasos detalles entregados sobre las circunstancias de la muerte del joven, cuyo nombre no ha sido revelado. En un tono firme, Aranda demandó respuestas inmediatas y precisas: “He sido contundente con la solicitud a nuestra Fuerza Pública y a la Fiscalía para que agilicen la investigación. La verdad y la justicia deben prevalecer.”
Sin embargo, la falta de información clara hasta el momento levanta interrogantes sobre la eficiencia de las instituciones en casos de esta naturaleza. Las familias y la comunidad esperan un esclarecimiento transparente, pero hasta ahora, la Alcaldía se limita a comprometerse con la entrega de datos “de primera mano” cuando las autoridades avancen.
Llamado a la tolerancia y crítica a la violencia estructural
Más allá del incidente, la mandataria se refirió a la creciente ola de violencia que enfrenta la ciudad, haciendo hincapié en las tensiones sociales que agravan la situación. Para Aranda, problemas como la intolerancia y la violencia intrafamiliar son factores que profundizan el desorden público. Sin embargo, su mensaje ha sido recibido con críticas por aquellos que consideran que las declaraciones no atacan de raíz las falencias en la seguridad y el manejo institucional de la Fuerza Pública.
“Los delitos han aumentado por la falta de respeto por el otro y por la vida”, afirmó la alcaldesa, intentando desviar la conversación hacia un tema más amplio de convivencia. Pero, para los críticos, las palabras no son suficientes. Lo que se requiere, insisten, es acción: investigaciones independientes, sanciones a los responsables y una revisión profunda del actuar policial en casos que involucran muertes bajo custodia.
Mientras tanto, la comunidad de El Salado y los ibaguereños en general permanecen en la expectativa de una resolución que arroje luz sobre este hecho trágico, en medio de una creciente desconfianza hacia las instituciones encargadas de protegerlos.