30 de agosto, día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas

La desafortunada fuerza de este flagelo está en que afecta no solo al individuo, sino a una familia, grupo e incluso a toda una comunidad.

Una de las más lamentables estrategias para infundir terror en las personas, es la desaparición forzada. Esta práctica, que se ha convertido además en un problema mundial, usa el miedo como herramienta de chantaje para obligar a una persona a realizar acciones en contra de su voluntad.

Por todo lo anterior, se designó el 30 de agosto como el Día Internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, para que de esta manera las personas que se han visto afectadas directa o indirectamente por este flagelo, puedan saber que no están solas, que no son olvidadas, y de igual manera se pueda crear una conciencia en la sociedad para que esta terrible práctica no pase desapercibida y se tomen acciones para que no siga sucediendo.

A pesar de haber aparecido en el marco de las dictaduras militares, hoy en día la desaparición forzada sigue ocurriendo en nuestro país, a menudo como elemento en conflictos políticos y económicos, afectando a hombres mujeres, niños, ancianos e incluso personas en estado de discapacidad, extendiéndose además a testigos, abogados de los casos de desaparición, defensores de los derechos humanos, representantes de las fuerzas armadas y policiales e incluso muchas veces personas inocentes que caen por error.

En ese sentido, el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas comunica de manera clara y contundente: “En este día internacional, insto a todos los Estados Miembros a que ratifiquen la Convención o se adhieran a ella sin demora, y exhorto a los Estados partes en la Convención a que la apliquen. Es hora de poner punto final a todas las desapariciones forzadas.”

En esta fecha, todos podemos tomar conciencia y pronunciarnos contra la desaparición forzada, todas las acciones cuentan: desde estar informados sobre el tema y dejar de ignorarlo, compartir esta información con nuestros contactos y familiares, hasta hacer donativos en dinero, objetos o incluso nuestro tiempo de trabajo para ayudar a las familias de las víctimas en diferentes maneras. Lo más importante es que tomemos una posición y estemos en contra de este crimen, para que en este importante momento del proceso de paz que estamos viviendo en Colombia, pueda ser el marco ideal para poner un alto a este crimen.

Informacion Ministerio del interior de Colombia

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