Una enfermera neonatal del estado de Chester en Pensilvania, es acusada de envenenar con insulina a 17 bebés, 7 de ellos fallecidos.
Lucy Letby de 32 años, es presuntamente acusada de envenenar a 17 bebés en la unidad neonatal del hospital del condado de chester, para la cual trabajaba durante el periodo del año 2015 y 2016.
La primera alerta se dio luego de que Lucy presuntamente envenenara a dos gemelos con insulina justo días después de su nacimiento, los neonatos sobrevivieron pero no todos los infantes corrieron con la misma suerte.
El fiscal Nick Johnson afirmó que la enfermera cometió estos actos lamentables con al parecer un total de 17 bebés, entre los cuales 7 de ellos fallecieron.
“Algunos de los bebés que no murieron se desplomaron de forma drástica pero luego -de forma igualmente drástica- se recuperaron. Su colapso y recuperación desafiaron la experiencia normal de los médicos”
Una de los rastros más destacables del hecho, era como notaban que los bebés fallecidos replicaban una característica entre ellos, “justo antes del fallecimiento se habían deteriorado repentina e inesperadamente”, haciendo imposible la reanimación por parte del personal médico. El segundo indicio pertenece a que los hechos ocurridos, sucedieron únicamente en el turno nocturno, al cual hacía parte Lucy, al ser trasladada al turno día los fallecimientos se desplazaron con ella.
La presunta agresora se pronunció en el caso y negó las acusaciones declarándose inocente de los hechos, “Allí trabajaba una envenenadora”, ha dicho al Tribunal.
Además de Lucy y el fiscal Johnson, en la sala también se encontraban los familiares de los niños presuntamente asesinados. También estuvieron presentes los padres de Lucy, John y Susan.
En este caso el juez Sir James Goss invita al tribunal a ser imparciales con los cargos y la manera de comunicarnos evitando vínculos emocionales porque pueden provocar una reacción automática de horror.


