Los patios del dentro penitenciario en el que murieron el martes 51 presos no cuentan con las condiciones mínimas
“No cuenta con las condiciones y estándares mínimos de lo que se denomina vida en reclusión, falta ventilación, oscuridad, y muchos otros elementos que nos hacen solicitar que se evalúe el posible cierre o sellamiento de esta estructura muy antigua”, señaló el procurador delegado para la defensa de los Derechos Humanos, Javier Augusto Sarmiento.
Luego de la revisión del centro penitenciario de Tuluá tras el incendio en el que murieron 51 presos, especialmente del patio 8 y otros pabellones que hacen parte de la zona más antigua de esta cárcel, la Procuraduría solicitó que se estudie la posibilidad de cerrar esta estructura que data de 1972.
El propósito de la petición es “garantizar la vida de las personas privadas de la libertad y teniendo en cuenta que preliminarmente se pudo establecer que la estructura puede estar afectada por el incendio”. Los internos que se encontraban en los patios 8, 9 y 11 fueron llevados a las celdas de visitas conyugales y a otro patio contiguo. Para este grupo de personas, la Procuraduría también pidió fortalecer la atención médica.
“Hicimos un llamado al Inpec y al Uspec para que traiga médicos generales, enfermeras y un equipo de apoyo psicológico, se comprometieron a realizarlo el día de hoy (jueves) y estamos muy atentos a que eso ocurra”, explicó Sarmiento. Además, el director del Inpec, el general Tito Castellanos, informó que 350 reclusos serán llevados a centros penitenciarios de otras ciudades del país.